Problemas en la Piel de Pacientes de 20 Años
Cuando una persona alcanza los veinte años de edad, es normal que se encuentre llena de vida y energía, y la piel es indudablemente un claro reflejo de dicha vitalidad. Es probable que durante esta década no se le brinde a la piel, especialmente al cutis, los cuidados, protección y tratamientos más adecuados que le permitan seguir conservando su aspecto juvenil después de los 30 o 40 años. Por otra parte, la mayoría de la gente ignora que durante esta década se es especialmente propenso a sufrir de cáncer de piel, por lo cual debe asistirse regularmente al dermatólogo para llevar una supervisión de lunares o manchas sospechosas. Entre los principales problemas que los pacientes de este rango de edades experimentan, se cuentan:
- El acné y las cicatrices
- Cáncer de piel
- Tono de la piel
- Formación de arrugas
Asimismo, los tratamientos y equipos para el cuidado de la piel que son mayormente empleados para los pacientes con rangos de edades entre los 20 y 29 años:
La
prevención de arrugas es especialmente conveniente durante estos años de la vida, ya que se ha demostrado dermatológicamente que la inyección de bótox en etapas previas a la aparición natural de las mismas, es capaz de prevenir su formación. La gran mayoría de las arrugas faciales son producto de los movimientos dinámicos realizados por los músculos durante años, especialmente durante la década de los 20. Relajando estos músculos oportunamente con estas inyecciones, es posible prevenir muchas de ellas y preservar la apariencia juvenil de la piel durante los años 30 y los 40.
Los rellenos con ácido hialurónico son también muy utilizados para el combate de las arrugas. Entre los productos fabricados a partir de este ácido está la línea
Juvederm con sus productos
Voluma y
Volbella, efectivos y sin riesgos que lamentar.
La
luz pulsada intensa (IPL) es también un tratamiento láser que trabaja de manera segura y efectiva para la eliminación de manchas solares, pecas oscuras y minimiza los síntomas de la rosácea en los años 20. Es una herramienta que sirve para pacientes en este rango de edades y también para pacientes de todas las edades. Se trata de un método fotofacial en el que el láser calienta las capas internas de la piel para mantenerla sana y fresca, pudiéndose aplicar en la cara, el cuello, las manos y el pecho.